terça-feira, 8 de fevereiro de 2011

As nuvens do céu de León / Las nubes del cielo de León

Neste lugar onde moro, que fica bem no coração do México, encravado em um vale e rodeado pela serra, chove durante três meses e seca o resto do ano.
Aqui, o céu é sempre azul. Poucas vezes há nuvens passeando por ele. Quando aparecem, trazidas pelo vento, sempre se vão. O tempo e o vento trabalham juntos e levam as sombras embora. Nesses dias, respiro o céu e fecho os olhos, lembrando o cheiro da terra molhada pela água da chuva que nunca vem.
Quando está perto a temporada das "águas", elas começam a aparecer. Vêm de mansinho, bem devagarinho, tentando enganar o vento, tentando atravessar o tempo. Elas, as nuvens, vão se unindo, braço com braço, pernas com pernas, até formarem um grande corpo a escurecer o céu bem acima de nossas cabeças.
Começo a contar os dias, começo a contar as horas: "Chora, céu, por favor!"
No ano passado, na primeira chuva que caiu, escutei os  passos das nuvens chegando, o seu aproximar sorrateiro. De repente, já tudo negro, elas desabaram em chuva contente, longa, feliz. Então, saí correndo pra encontrar-me com ela. Lá fora, de braços abertos, junto com o céu, eu chorei. Chorei de alegria, chorei pela terra molhada, por escutar as folhas estalarem, as árvores pausarem. Tudo respirando o novo. Todos se encharcando em vida. E eu me banhando em chuva.

Las nubes del cielo de León

En este lugar donde vivo, que squeda justo en el corazón de México, enclavado en un valle y rodeado por la sierra, llueve durante tres meses y hay sequía el resto del año.
Aquí, el cielo es siempre azul. Pocas veces hay nubes paseando por él. Cuando aparecen, traídas por el viento, siempre se van. El tiempo y el viento trabajan juntos y se llevan las sombras.
En esos días, respiro el cielo y cierro los ojos, recordando el aroma de la tierra mojada por el agua de la lluvia que nunca viene.
Cuando está cerca la temporada de "aguas", ellas empiezan a aparecer. Vienen mansamente, bien despacito, intentando engañar al viento, intentando atravesar el tiempo. Ellas, las nubes, van uniéndose, brazo a brazo, piernas a piernas, hasta formar un gran cuerpo que se oscurece bien arriba de nuestras cabezas.
Empiezo a contar los días, empiezo a contar las horas: "Llora, cielo, por favor!"
El año pasado, en la primera lluvia que cayó, escuché sus pasos llegando, acercarse furtiva. De repente, ya todo negro, ella se derrumbó, contenta, larga, feliz. Entonces, salí corriendo a encontrarme con ella. Afuera, de brazos abiertos,  junto con el cielo, yo lloré. Lloré de alegría, lloré por la tierra mojada, por escuchar las hojas crujiendo, los árboles quietos. Todo respirando el nuevo. Todos encharcandose en vida. Y yo bañandome en  la lluvia.
*Revisión en español: Aida Haces

Nenhum comentário:

Postar um comentário

Deixe seu comentário.