terça-feira, 22 de março de 2011

A energia da sequidão / La energía de la sequidad

A energia estática como diz o nome, é uma energia que não se move em correntes e que principalmente, se dá pelo atrito entre corpos.
A dita energia é acumulada e se não há umidade, ela não se dissipa.
Ela pode ser sentida, compartilhada, doada e recebida.
Isso é o que temos aprendido aqui, e quanto mais se seca a paisagem, as plantas, a pele, o ar, mais ficamos carregados de energia estática. Resultado?
Pequenos choques quando nos tocamos, quando pegamos qualquer objeto, seja a porta do carro ou a porta de casa.
Às vezes, os choques são sonoros. Fazem ruídos, sim. Ruídos elétricos.
Eles também são visíveis, muitas vezes. Emitem pequenos raios azuis, como para demonstrar a energia que guardam.

Tudo está tão seco por aqui, tão carregado de energia estática, que um dia desses decidi retirar o cobertor da minha cama, porque o frio já se despediu. As luzes já estavam apagadas e a medida que eu ia puxando o cobertor, e que o tocava, era possível ver os pequenos raios e escutar o ruído elétrico. Pareciam pequenas lanternas iluminando o escuro do quarto. Foi incrível experimentar a sensação de fascínio que encantou o homem desde seis séculos antes de Cristo, quando Tales de Mileto usava um âmbar para demonstrar essa incrível força magnética,  ou quando muitos povos antigos ao observarem como os cristais friccionados atraíam outros corpos, atribuíam o fenômeno a causas sobrenaturais.
Foi mesmo um espanto, que apesar de divertido, me faz lembrar como é preciso chover por aqui!

La energía de la sequidad

La energía estática, como dice el nombre, es una energía que no se mueve en corrientes y que principalmente, se da por la fricción de los cuerpos.
Esta energía se queda acumulada y si no hay humedad, no se disipa.
La energía se puede sentir, dividir, donar y recibir.
Eso es lo que hemos aprendido aquí, cuanto más seco está el paisaje, las plantas, la piel o el aire, más cargados de energía estática estamos. ¿Resultado?
Pequeños toques cuando nos tocamos, cuando agarramos algún objeto, ya sea la puerta del coche o la de la casa.
A veces, los toques son sonoros. Hacen ruidos, si. Ruidos eléctricos.
Los toques también son visibles, muchas veces. Emiten pequeños rayos azules, como para demostrar la energía guardan en si mismos.

Todo está tan reseco por aquí  y tan cargados de energía estática que un día de esos decidí quitar las cobijas de mi cama, porque ya se fue el frio. Las luces ya estaban apagadas y mientras jalaba la cobija y la tocaba, podía ver los pequeños rayos y escuchar el ruido eléctrico que salían de ellos. Parecían pequeñas linternas a iluminar el oscuro de mi recámera.
Fue increíble experimentar la sensación de fascino que encantó el hombre desde seis siglos antes de Cristo, cuando Tales de Mileto usaba un ámbar para demostrar esta increíble fuerza magnética o a muchos pueblos antiguos al observar como los cristales friccionados atraían a otros cuerpos, y ellos atribuían el fenómeno a causas sobrenaturales.
Fue espantoso,  pero más que divertido,  me hizo recordar cómo es necesario que llueva por aquí!

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